
Asi construis disciplina que dura toda la vida sin sentirte miserable en el proceso
Descubrí cómo construir disciplina femenina como un acto de devoción y amor propio, y usala para sostener la vida y el negocio que siempre quisiste
MENTALIDAD
Paz Fernández
10/2/20254 min read
La disciplina es la raíz de todo lo que querés
La disciplina es la raíz que sostiene cualquier cosa que quieras en tu vida.
Un negocio exitoso, un cuerpo fuerte, incluso tu paz mental.
No es un talento con el que nacés o no. La disciplina es una habilidad que se construye dia a día. Y como toda habilidad, es un músculo que se fortalece cada vez que lo ejercitas, cumpliendo con vos misma, incluso en lo mínimo. Por eso es tan importante “mejor hecho que perfecto”.
Nos creimos la idea de que la disciplina es sacrificio, trabajo duro y seguir, seguir y seguir. Esa es la versión masculina de la disciplina: rígida, lineal e implacable. Para nosotras, esa versión suele terminar en abandono, culpa y una autoexigencia imposible de sostener de manera saludable.
Por eso te ofrezco un cambio de perspectiva: La disciplina femenina es devoción.
Es elegirte una y otra vez, incluso (y especialmente) cuando nadie está mirando.
Es el acto más puro de amor propio. Es decirte: “Creo más en mí que en mis excusas”.
Hablo por experiencia cuando te digo que no necesitás motivación, ni condiciones perfectas, ni sentirte inspirada todos los días. La motivación es emocional y por lo tanto es variable; la disciplina es lo que queda cuando la motivación desaparece. Y no se vos, pero a mi me atrae mucho mas un modelo que dependa de mi y mis decisiones que de algo sobre lo que no puedo decidir.
Pensalo asi: La disciplina es el puente entre la versión de vos que desea y la versión de vos que ya vive eso que quiere.
La única manera de cruzarlo es cumpliendo(te) con consistencia.
De la misma forma en que perdés confianza en alguien que rompe sus promesas, también perdés confianza en vos cuando decís que vas a publicar, a entrenar o a levantarte más temprano… y no lo hacés.
La disciplina te devuelve esa confianza.
Y con la confianza viene la paz. La paz de saber que pase lo que pase, vos podes con eso.
En pocas palabras:
Sin disciplina no hay consistencia.
Sin consistencia no hay confianza.
Sin confianza no hay seguridad en las decisiones que tomas tanto en tu vida como en tu negocio.
Tu disciplina personal se refleja directamente en tu negocio.
La forma en que cumplís con vos misma es la misma forma en que cumplís plazos, sostenes a tus clientes y mantenes tu marca viva.
Por eso digo que la disciplina es lo que convierte una buena idea en un imperio: porque las ideas sobran, el desafío es la habilidad de sostenerlas en el tiempo.
Porque si vos no te cumplís, tu negocio nunca va a ser más estable que tu estado de ánimo. Y tu estado de ánimo no está diseñado para ser estable, está diseñado para darte información.
Ahí entra la disciplina femenina. Ella no niega tus ciclos, tu intuición o tus emociones. Al contrario, las integra, y te permite tomar decisiones desde la consciencia en lugar de la reacción.
La disciplina consciente se sostiene en tres pilares:
Claridad: saber qué importa de verdad.
Amor propio: elegirte sin culpa.
Constancia estratégica: sistemas simples que te sostienen.
(Si querés aprender a crear esos sistemas, los comparto paso a paso en mi reto de 7 días para construir disciplina. Va a estar disponible para todas las que se suscriban a mi newsletter)
Con la disciplina masculina abandonas en cuanto fallas.
En la disciplina consciente fallás, aprendés y volvés a intentarlo.


La disciplina es el compromiso sagrado que haces con vos misma
Para que este blog realmente te sirva de algo más que solo un cambio de perspectiva, quiero darte los mismos consejos que aplique para asentar la disciplina en mi vida:
UN compromiso. UNO. Elegí un hábito, pero sagrado. Elegí una cantidad de tiempo (7, 14,21,30 días) y probate a vos misma que podes sostenerlo. Que sea un hábito fácil de sostener, no te compliques la vida gratis.
Recompensa tu consistencia con alguna recompensa que disfrutes y sume a tu auto cuidado. De esta manera, tu cerebro empieza a asociar la disciplina con el disfrute, no con culpa.
Compasión. Faltar un día no es fracasar. Fracasar es abandonarte a vos misma.
Pero que un día no se convierta en dos, un día es humano, dos ya es un hábito.


Empeza con el espejo
Mi hijo dice está cosa increíble cuando lo felicito por algún logro, especialmente cuando es deportivo: "Obvio". Y es porque ser un niño activo siempre ha sido parte de él. Vive la vida corriendo, saltando y "parkoureando", así que cuando alguien le da una recompensa por eso, no es una sorpresa para él, es una consecuencia natural de su pasión y su trabajo duro.
Te invito a que apliques la filosofía de León en tu vida y tu negocio. Dale un poco de “Obvio” a tus logros, y actúa sabiendo con total confianza que tus resultados vienen.
Y si tuvieras que quedarte solo con una cosa de este blog, esta "carta" que te escribo, quedate con esto: Las palabras que decis tienen poder, no digas: “ugh, otra vez tengo que hacer esto”.
Transformalo en: “esto es lo que hace la nueva yo”.
“Sueños sin metas, son solo sueños que al final, solo alimentan decepción. En el camino para alcanzar tus sueños debes aplicar disciplina, pero más importante aún constancia, porque sin compromiso nunca empiezas pero sin consistencia, nunca terminas”
Cada día que elegís tu visión sobre la comodidad del momento, estás ejerciendo tu devoción hacia lo que queres.
Porque no se trata sólo de levantarte temprano o ir al gimnasio: la misma fuerza que usás para cumplir con vos es la que te da la confianza para sostener un negocio rentable, clientes felices y tu visión a largo plazo.
Asi que preguntate: ¿qué promesa vas a hacerte —y cumplir— para honrar a tu yo futura y al imperio que estás construyendo?
Las que ya estén en mi newsletter van a recibir antes que nadie mi nuevo desafio de 7 días para construir disciplina consciente. Si todavía no estás, este es el momento de unirte y reservar tu lugar.
Hasta la proxima reina,
con amor,
Paz 🌹